El jueves de la semana pasada comenzamos el día con una nueva misión de Atrapa la FLDSMDFR. En esta ocasión teníamos un mensaje de Flint que nos avisaba que era importante conseguir el mayor número de frutas posibles para poder ir subiendo de nivel en nuestro juego.
Este era nuestro primer reto:
Ya teníamos el chaleco de oro y tocaba jugar por equipos y
superar el siguiente reto:
Habíamos creado una maquina de sumar gigante, cada grupo tenía una pizarra y tenían que ponerse de acuerdo
para comunicar el resultado de varias sumas. Una vez visto los
resultados el moderador de cada equipo elegía a dos compañeros para introducir
las pelotas en el cubo. Si alguna pelota se caía tenían que recuperarla sin
pisar el suelo y usando los bloques. Cada vez que un grupo hacía correctamente
la suma el moderador obtenía un sello en la mano, cada sello sería importante
para el último reto.
Habíamos llegado al último reto y eran esenciales tres pasos:
estar atento, pensar y hacer. Íbamos a jugar a un memory en equipo y los sellos
que teníamos en las manos indicaban el número máximo de veces que podíamos equivocarnos.
Para este juego, al igual que para el primero reto, vinculamos mi móvil con la pizarra digital ya que íbamos a usar una app. Iban saliendo en orden y los compañeros/as podían ayudar al miembro de su equipo indicándoles izquierda, derecha, arriba y abajo.
Para este juego, al igual que para el primero reto, vinculamos mi móvil con la pizarra digital ya que íbamos a usar una app. Iban saliendo en orden y los compañeros/as podían ayudar al miembro de su equipo indicándoles izquierda, derecha, arriba y abajo.
Por cierto, a lo largo de las semanas aparecen retos que no
están recogidas en una misión concreta y que nos servirán para ir subiendo de
nivel.
Por ejemplo, el juego que veis arriba consistía en visitar el huerto del cole para posteriormente decidir por grupos que nos comíamos de cada una de esas plantas: el tallo, la hoja, la raíz o el fruto. Primero lo hablaban por equipos y luego tenían que llegar hasta el cartel que ponía el resultado que habían consensuado, pero para dificultar un poco el trabajo tenían que ir atados de un pie con una lana, si la lana se rompía perdían el turno para jugar, por lo que requería de coordinación y hablar para saber cuándo dar el paso, además de leer las etiquetas correctamente.
Por ejemplo, el juego que veis arriba consistía en visitar el huerto del cole para posteriormente decidir por grupos que nos comíamos de cada una de esas plantas: el tallo, la hoja, la raíz o el fruto. Primero lo hablaban por equipos y luego tenían que llegar hasta el cartel que ponía el resultado que habían consensuado, pero para dificultar un poco el trabajo tenían que ir atados de un pie con una lana, si la lana se rompía perdían el turno para jugar, por lo que requería de coordinación y hablar para saber cuándo dar el paso, además de leer las etiquetas correctamente.
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