El martes pasado, durante la visita que hicimos a la biblioteca, M.F. me enseñaba que en los libros aparecían sellos, además de los archiconocidos códigos de barras. Más tarde en la asamblea M.F. les contaba a todos sus compañeros el descubrimiento y al preguntarles quién podría resolvernos la duda la respuesta fue rotunda: la seño Manoli. Pero en esta ocasión usamos el Whatsapp para preguntarle.
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